“Cuando una flor se abre y la brisa esparce su perfume, las abejas acuden sin ser llamadas. Las hormigas van donde encuentran algo dulce. Del mismo modo, cuando un hombre se torna puro y perfecto y la dulce influencia de su carácter se esparce por todas partes, todos los que buscan la Verdad se sienten naturalmente atraídos por él. No necesita ir en busca de oyentes”. – Sri Ramakrishna. (Calcuta, India 1836 – 1886). Místico bengalí considerado por muchos hindúes una encarnación divina
Galadhar Chatteji, después conocido como Ramakrishna, nació en 1836, en el pueblo de Kamarpukur, en la Bengala del Oeste, en una familia muy pobre pero devota de brahmanes ortodoxos. Desde muy pequeño dio pruebas de una inteligencia superior y de gran sensibilidad. Amaba a quienes lo rodeaban y se hacía amar por ellos.
Fue a la escuela solo hasta los 12 años y después estudió los Puranas, el Ramayana, el Mahabharata y el Bhagayata Purana escuchando a los monjes itinerantes. Habló toda su vida en un dialecto bengalí ya que nunca aprendió el sánscrito ni el inglés.
A los seis años tuvo su primer éxtasis. Un año después murió su padre y desde entonces comenzó a leer los textos sagrados y a interesarse vivamente por los renunciantes. Los éxtasis empezaron a repetirse con más frecuencia y el niño vivía como transportado a un mundo lejano. Uno de sus hermanos, que era sacerdote de Dashineswara, lo llevó con él a Calcuta y un año después, ocupó su puesto.
Aunque se casó, vivía prácticamente como un monje, y consideraba a su esposa Sarada Devi una diosa y él la alababa como tal. La santidad de esta mujer, que en boca de muchos es la representación del eterno femenino, servirá como inspiración y refugio a millares de personas.
Su vida espiritual se hizo cada día más intensa. Durante doce años practicó ejercicios espirituales bajo la guía de maestros de las diversas formas y orientaciones religiosas. Fue iniciado en el tantrismo, después probó la religión vainaya, a continuación se inició formalmente como monje por un monje itinerante y aprendió con él la Vedanta, para finalmente acceder a Nirvakalpa Samadhi. Probó también la fe del islam, del budismo y del cristianismo. Por cada una de estas vías alcanzó la iluminación, mostrando así, por experiencia propia, que los seguidores de todas las religiones pueden alcanzar la vivencia de la realidad última, si su entrega a Dios es suficientemente intensa.
Antes que estudiar a Dios en los libros, repuso, era preferible «realizarlo» por medio de la vida ascética y espiritual. Su vida fue un testamento de verdad, universalidad, amor y pureza.
Por la fuerza de su realización espiritual y con la ayuda de numerosos discípulos, tanto monjes como laicos, produjo la vivificación y renovación del hinduismo, que había perdido peso por la difusión de las ideas materialistas propias de cierto modelo de progreso y por la influencia del cristianismo llevado a la India por el régimen colonial inglés.
Sri Ramakrishna tiene contacto con las más eminentes personalidades bengalíes de la época, como Devendranath Tagore, Bhankim Chandra Chatterjee o el pandit Vidyasagar entre otros.
Sus revelaciones lo hicieron famoso en todo el mundo y miles de peregrinos afluían, al final de su vida, a Calcuta para oír sus palabras. También por entonces un grupo de jóvenes con la llama espiritual incandescente llegan hasta él. Narendra, futuro Swami Vivekananda, es uno de estos fenómenos espirituales que más tarde propagará el Vedanta en Occidente, junto con y Swami Brahmananda.
En 1886 ordenó monjes a varios de sus discípulos, estableciendo así las bases de la Ramakrishna-Mission fundada por Vivekananda. Ese mismo año fallece rodeado por el afecto de sus seguidores.
El amor de Ramakrishna por la humanidad no tenía límites. A menudo decía que los seres humanos eran la más elevada manifestación de Dios. Sus discípulos tuvieron la gracia de ver cómo fluía el amor de Ramakrishna y la Orden monástica que él inspiró ha sido distinguida en India por ser la primera en servir a la humanidad. Servicio a la humanidad es uno de los ideales básicos de la Orden Ramakrishna. Rasgos característicos de la personalidad de Ramakrishna son su universalidad, su infantil naturaleza, su intensa sinceridad, su vasto conocimiento de los campos espiritual y humano y su extraordinario poder de transformar vidas. Ramakrishna expresó la verdad espiritual en el lenguaje más simple e ilustró sus enseñanzas con parábolas y metáforas de la vida corriente de la India de su tiempo. Escritores y filósofos como Mahatma Gansdhi, Leon Tolstoi, Aldous Huxley, Christopher Isherwood, Tomas Merton, Arnold Toynbee o Joseph Campell han sido influenciados por él.
El mensaje de Sri Ramakrishna es de una sorprendente actualidad y se basa en el respeto por las creencias ajenas, proclamando que todos los caminos conducen a Dios y que el propósito de la vida humana no es otro que el de realizar la Verdad Última.
Te dejo a continuación un simpática frase de este gran gurú que ilustra su apertura universal
No seas como la rana en el pozo. La rana que habita en el pozo no reconoce nada mejor y más grande que su propio pozo. Así son todos los fanáticos. Piensan que no puede existir nada mejor que su creencia particular.
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